"PRIMICIAS YA" DURÍSIMO CON GVIRTZ
El futuro del productor en decadencia es incierto. Su futuro en El Trece ya está marcada por la zapatilla en las asentaderas.
Su furibundo Kirchnerismo fue el detalle que sirvió para que las autoridades del canal decidieran prescindir de los servicios del ex fiscal de la televisión.
El fracaso quedará como uno de los más rotundos de la televisión. Apenas superó el mes en el aire, convirtiéndose cada día en los menos visto de una emisora que siempre pelea por el primer puesto. Por suerte la generosidad del gobierno y el dinero del erario público hicieron que desembarcará con una sucursal berreta de “TVR” en el canal oficialista bajo el titulo de “678”.
El ciclo fue creado, pura y exclusivamente, como un ariete mediático para ensalzar al gobierno y atacar a la oposición desde los supuestos agudos comentarios de una verdadera selección de panelistas decadentes, comandada por la eficiente María Julia Oliván que no tuvo reparo en poner en juego su reputación.
Hasta ahora viene perdiendo por goleada. ¿Pero cómo será el futuro de Diego Gvirtz? Sin el apoyo de su amigo Alberto Fernández, hoy fuera de circulación en el ámbito oficial, el pelado busca alianzas y dinero.
Desde hace un tiempo le mendiga a la Casa Rosada dinero para poder comprar espacios en Canal 9 y desembarcar allí con un ciclo diario nocturno y con los restos mortales de “TVR”. Pero el mexicano Ángel González ya le adelantó que no le iba a entregar ningún espacio. Es más, le dijo a un emisario gubernamental que “Ya le estamos haciendo el noticiero que nos pidieron. No quieran que encima le entregue más espacio. A nosotros nos va bien así y queremos que todo siga igual”.
La única esperanza que le queda es que se cristalice el rumor de un acercamiento económico entre el oficialismo y Telefe en los próximos meses y que no sólo incluiría un hueco para el pelado sino también para otra importante figura de la televisión, hoy muy cuestionado por su acercamiento al Kircherismo, y también de un importante gerente del Trece.
De no concretarse este proyecto casi fantasioso, Gvirtz se deberá conformar con navegar sin rumbo por la pantalla oficial entre “Cocineros argentinos” y el ciclo del “Padre Farinello”. Un final de knock out para el que se creía el campeón del pueblo.
Su furibundo Kirchnerismo fue el detalle que sirvió para que las autoridades del canal decidieran prescindir de los servicios del ex fiscal de la televisión.
Pero no fue sólo un caso con cierto tono político, lo que realmente obligó al Grupo a dejar partir a Gvirtz; son los magros resultados que viene obteniendo en los últimos dos años.
Primero fue la caída libre de “Televisión Registrada”, no sólo por la salida al aire de “Zapping” sino también por las torpezas propias del empresario. Su falta de ideas a la hora de editar, su repetición hasta el hartazgo de los mismos enemigos mediáticos y sus tendenciosos informes terminaron por alejar, incluso, a su público más fanático.
“TVR” perdió más del cincuenta por ciento de la audiencia y hoy apenas llega a los siete puntos, casi igual que las repeticiones de “El Zorro” con cuatro décadas encima. Pero esa baja de audiencia también marcó una disminución en su pauta comercial. Varias fueron las empresas que abandonaron al derrotado productor en este tobogán sin fin.
A eso se le sumó la pelea de egos con Roberto Pettinato el año pasado y que terminó con la ida de su conductor emblema, el que hizo importante a “Duro de Domar”. Pero Diego creía, apoyándose en la teoría Sofovichiana, que el productor es más importante que los programas. Se equivocó y armó es engendro llamado “Duro de Almorzar”, con el hibrido Fabio Alberti al frente y la resaca que quedó de los ex colaboradores del anterior programa.
Primero fue la caída libre de “Televisión Registrada”, no sólo por la salida al aire de “Zapping” sino también por las torpezas propias del empresario. Su falta de ideas a la hora de editar, su repetición hasta el hartazgo de los mismos enemigos mediáticos y sus tendenciosos informes terminaron por alejar, incluso, a su público más fanático.
“TVR” perdió más del cincuenta por ciento de la audiencia y hoy apenas llega a los siete puntos, casi igual que las repeticiones de “El Zorro” con cuatro décadas encima. Pero esa baja de audiencia también marcó una disminución en su pauta comercial. Varias fueron las empresas que abandonaron al derrotado productor en este tobogán sin fin.
A eso se le sumó la pelea de egos con Roberto Pettinato el año pasado y que terminó con la ida de su conductor emblema, el que hizo importante a “Duro de Domar”. Pero Diego creía, apoyándose en la teoría Sofovichiana, que el productor es más importante que los programas. Se equivocó y armó es engendro llamado “Duro de Almorzar”, con el hibrido Fabio Alberti al frente y la resaca que quedó de los ex colaboradores del anterior programa.
El fracaso quedará como uno de los más rotundos de la televisión. Apenas superó el mes en el aire, convirtiéndose cada día en los menos visto de una emisora que siempre pelea por el primer puesto. Por suerte la generosidad del gobierno y el dinero del erario público hicieron que desembarcará con una sucursal berreta de “TVR” en el canal oficialista bajo el titulo de “678”.
El ciclo fue creado, pura y exclusivamente, como un ariete mediático para ensalzar al gobierno y atacar a la oposición desde los supuestos agudos comentarios de una verdadera selección de panelistas decadentes, comandada por la eficiente María Julia Oliván que no tuvo reparo en poner en juego su reputación.
Hasta ahora viene perdiendo por goleada. ¿Pero cómo será el futuro de Diego Gvirtz? Sin el apoyo de su amigo Alberto Fernández, hoy fuera de circulación en el ámbito oficial, el pelado busca alianzas y dinero.
Desde hace un tiempo le mendiga a la Casa Rosada dinero para poder comprar espacios en Canal 9 y desembarcar allí con un ciclo diario nocturno y con los restos mortales de “TVR”. Pero el mexicano Ángel González ya le adelantó que no le iba a entregar ningún espacio. Es más, le dijo a un emisario gubernamental que “Ya le estamos haciendo el noticiero que nos pidieron. No quieran que encima le entregue más espacio. A nosotros nos va bien así y queremos que todo siga igual”.
La única esperanza que le queda es que se cristalice el rumor de un acercamiento económico entre el oficialismo y Telefe en los próximos meses y que no sólo incluiría un hueco para el pelado sino también para otra importante figura de la televisión, hoy muy cuestionado por su acercamiento al Kircherismo, y también de un importante gerente del Trece.
De no concretarse este proyecto casi fantasioso, Gvirtz se deberá conformar con navegar sin rumbo por la pantalla oficial entre “Cocineros argentinos” y el ciclo del “Padre Farinello”. Un final de knock out para el que se creía el campeón del pueblo.
PRIMICIASYA
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