“Chiquita, por favor”, imploraba Gerardo Sofovich desde el otro lado del teléfono mientras Luis Ventura lo increpaba sentado en la mesa del almuerzo de la diva . Pero la Señora no intervino, como era de esperarse, sino que dejó que los hombres arreglaran su disputa.Mientras los demás comensales, entre los que estaban el Puma Goity, Belén Francese y Nazarena Vélez, también guardaron silencio. Moria intervino brevemente, pero más que nada siguió comiendo el exquisito menú de la mesa de Mirtha. “No voy a contestarle a esta persona, Chiquita. Para mí está descalificado…”, sentenció Sofovich mientras se escuchaba la voz inquisidora de Ventura, que reclamaba responder “desde la inteligencia”.

“Desde el momento en que estás hablando, y que te estás presentando y estás respondiendo es porque en algún lugar te dolió”, toreó Ventura al productor teatral. En una suerte de bloque de Intrusos en el Espectáculo, el panelista entrevistó a Sofovich y le preguntó él mismo el objeto de la discrepancia: “¿Cuál es la diferencia que tenés conmigo?” Además, Ventura aprovechó para recordarle que “en algún lugar” fue “importante” en la vida del productor.Mientras Ventura insistía en aclarar un episodio en el cumpleaños del productor, Sofovich se encargó de ningunearlo diciendo que “no tiene estatura moral” y se aclaró: “yo no puedo discutir con esta persona”. No se entiende nada, hablan los dos al mismo tiempo, en mi programa no ocurren ‘estas cosas’, yo prefiero dar por terminada la conversación”, resolvió Mirtha. Después dirigió a Ventura una clase de ceremonial y protocolo que nunca olvidará: “En su programa, con Rial, hágalo usted, pero aquí no tenemos costumbre ”.

Pero la conversación no terminó enseguida, sino que Moria intervino como conciliadora (hablando de las "mesetas emotivas de los aprticipantes"). "Difamador profesional ", llamó Sofovich a Ventura. "Sí, un difamador profesional que invistaste a tu cumpleaños", retrucó el panelista como pasándole factura a una vieja relación.

"Para mí esto es violento, no sé como reaccionar", se lamentó Legrand, desorientada después de que su almuerzo se asemejara peligrosamente a un programa de Zap.