La noche de ayer no fue una más en el ciclo que conduce Marcelo Longobardi en la señal C5N. A su ciclo estaban invitados dos de las figuritas más belicosas del conflicto del campo. Por un lado el jefe de gabinete Alberto Fernández y por el otro el dirigente rural Alfredo De Angelis. La idea era discutir ideas con la adultez que corresponde a dos representantes de sectores en pugna.

Al comienzo la cordura reinó en los diálogos, pero con el transcurrir de los minutos y la acumulación de frases y palabras el clima comenzó a enrarecerse. Las voces comenzaron a subir de tono, los gestos se volvieron adustos y el malhumor se hizo manifiesto. Una muestra, ni más ni menos, del largo conflicto de intereses y poder que vienen llevando adelante el Gobierno y el campo y que tiene de rehenes a millones de argentinos que ya se están empezando a hartarse de las veleidades de ambos bandos.

Pero el escándalo llegó apenas se apagaron las cámaras para dar paso a un corte publicitario. Allí floreció la bronca que se tienen los políticos y los hombres de tierra adentro.

Sin la mirada indiscreta de la gente, el Jefe de Gabinete y el representante de Gualeguaychú se trenzaron en una durísima pelea verbal en donde abundaron insultos de grueso calibre y amenazas varias. Casi cara a cara, ambos hombres no se achicaron y se dijeron sin filtro todo lo que pensaba uno del otro ante la mirada atónita del conductor y técnicos del canal de noticias.

Incluso tuvieron que intervenir asesores y productores para evitar que volara alguna piña que terminara la discusión de una manera irreversible.

Sin calmarse, el ministro del gobierno de Cristina Kirchner decidió retirarse antes de volver del corte y desapareció insultando bajito protagonizando un escándalo que no llegó a la pantalla pero que marca los momentos de tensión que se viven en el país.