Antonio Gasalla, con su eterna cara de "yo no fui", abrió la puerta de una vieja polémica en el mundo del espectáculo: la de la larga fila de fracasados que siguen boyando por lo medios. A caballito de un pedido personal por figurar en los títulos del ciclo de Susana Giménez, el cómico señaló con nombre y apellido a Florencia Peña y Facundo Arana como dos botones de una interminable muestra de estrellas que se estrellan.

Y tiene razón. Ciertos Gerentes de programación tienen debilidad por los caídos. Son verdaderos coleccionistas de fracasados. Les encanta tener en su programación ciclos que apenas navegan en los cuatro puntos pero que lo justifican bajo el estúpido titulo de "programa de culto".

Tal vez porque ellos mismos son abonados a los fracasos exitosos. Hay figuras de nuestra televisión que tienen suerte. Chocan programa tras programa y siguen teniendo un lugar en el medio. Algunos, desconocedores de un éxito, se cotizan en bolsa a la hora de cada convocatoria. La derrota paga. Da lástima. Da un halo de "cool" que agrada a ciertos programadores.

Pero el que pierde seguido recibe la compasión de los medios. Cierto periodismo de espectáculo viene a ocupar el lugar de la Madre Teresa: ayudar al caído, al pobrecito, a desvalido. Cuanto más grande es su fracaso, más importante el apoyo. En un axioma que nadie entiende esta fauna farandulera. Tal vez porque el éxito genera envidia y competencia en un gremio donde la felicidad ajena es un pecado. ¿Cuántos fracasos le perdonarían a Marcelo Tinelli?

Ninguno, al contrario, lo esperan cada año como un aguinaldo extra. Pero atención que esta actuación no es propiedad exclusiva de Telefe, como pareció señalar Antonio Gasalla con Florencia Peña y Facundo Arana. También América tiene sus acumuladores de fracasos, Pablo. En ese canal y en otros. Y en distintos horarios. También el 13 tiene cierto aprecio por los que no llegan al éxito. Sino que le pregunten a Andy Kusnetzoff y sus repetidas notas en el Fuerte Apache.

De Canal 9 no se puede decir lo mismo. Allí, directamente, decidieron eliminar toda señal de vida humana. Y la poca que hay en pantalla esta por debajo de la escala Darwiniana. Entrar a esa emisora es tener una fotografía de los efectos de una bomba neutrónica. Las instalaciones en pie, nadie vivo.

Pero podríamos agregar nombres a la lista que amago armar Antonio Gasalla en medio de su calentura con Susana. Es que en la televisión, como en la excelente obra de Mel Brooks "Los productores", a veces un fracaso es el mejor camino al éxito. Sino que le pregunten a Miguel Ángel Rodríguez, protagonista del bochornoso "El Capo" y meses después, como si no nada tuviera que ver con ese fracaso, se sumó al 13 y como actor de reparto se colgó del éxito de la tira de Suar.

O Pablito Granados, abonado a los últimos fracasos televisivos, tanto en el 9 como en América y sigue sumando casilleros en esta especie de juego de la oca de la derrota.

Ni hablar de Araceli González. Mil tapas y ningún éxito. Y siguen los nombres. Por eso, sigamos apostando al fracaso. No es rentable, pero sirve para echarles la culpa a otros.